CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO



REVISTA COSAS N° 733/

POLÍTICA/ANÁLISIS DE LA CRISIS JUDICIAL PERUANA

La justicia y sus constantes crisis


En busca de una salida a la grave crisis que afecta a la Fiscalía, a la Junta Nacional de Justicia, al Poder Judicial, a la Procuraduría, al Ministerio de Justicia y al desarrollo del país, pedimos la opinión de siete personalidades que con su conocimiento, experiencia y trayectoria sientan aquí las bases para la reforma del sistema de justicia en su integridad.

ANTERO FLÓREZ-ARÁOZ ESPARZA "El sistema judicial es un desastre".

Abogado y político de destacada trayectoria. Expresidente del Congreso, exministro de Defensa y ex primer ministro.

Cuando me preguntaron mi opinión sobre la situación de nuestro sistema judicial, lo primero que me vino a la mente es responder que es un desastre, pero como el término es duro, respondí que "hace agua".

Dicho sistema está integrado por el Poder Judicial, el Ministerio Público, el Tribunal Constitucional y la Justicia Militar-Policial, y tiene importantes nexos con el Ministerio de Justicia, al cual está adscrito el Instituto Penitenciario, así como la Policía Nacional, que colabora en las investigaciones y combate la delincuencia.

Lo que más se critica al sistema es la desconfianza que inspira, los procedimientos interminables y las resoluciones kilométricas. Para enfrentar el problema, se presentan infinidad de iniciativas legislativas aisladas, cuando se necesita de una reforma integral y, como los más perjudicados por el sistema son los justiciables y sus abogados, lo sensato es que la Asociación de Colegios de Abogados, en conjunción con las facultades de Derecho de las principales universidades, estudien la problemática y presenten la correspondiente propuesta integral para su debate.

La crisis que se observa no solo es del sistema de justicia, sino de todo el aparato público, en el que hay una demencial confrontación de poderes y organismos autónomos, así como entre sus representantes. Una lucha sin cuartel de unos contra otros y viceversa, en la que se conjugan los verbos "denunciar y "acusar" en todos los tiempos y personas, todo lo cual lleva a que muchos pidan el que "se vayan todos".

Lo lógico y sensato es que, sin renunciar a la investigación de las sospechas e indicios de delito, las instituciones confrontadas busquen concertar y limar asperezas, para lo cual habría caminos. El primero, con el Acuerdo Nacional bajo la conduce de Max Hernández, y el segundo, con el Consejo de Estado bajo la conducción de la presidenta. Hago esas dos propuestas para que ya no tenemos los referentes de antaño que pudieran hacelo. Los expresidentes o fallecieron o están con procesos penales, y los patricios como Víctor Andrés Belaunde o Luis Bedoya Reyes ya no están en este mundo.